lunes, 22 de marzo de 2010

Momo

Hoy me toca hablar de un libro que rescaté hace poco. Es, al igual que El Principito, una historia para mayores contada como si fuera un cuento infantil. La obra en cuestión es “Momo” y su autor es Michael Ende. Supongo que más que “Momo” os sonará “La historia interminable” que, aparte de una película, es también un libro bastante curioso y entretenido.

“En los viejos, viejos tiempos cuando los hombres hablaban todavía muchas otras lenguas, ya había en los países ciudades grandes y suntuosas”. Cualquiera que vea esto pensará que es una historia que no va con él y seguramente dejará el libro en la estantería de los niños. Sin embargo, puedo aseguraros que merece la pena aguantar un poquito y dejarnos embriagar por ese aroma a niñez porque, una vez lo hayamos hecho, no podremos parar de leerlo.

Bueno, y tras estas advertencias que nunca están de más con libros de esta clase procedo a contaros un poco de qué va la cosa. Un buen día aparece en las ruinas de un anfiteatro una niña huérfana un tanto especial: Momo. Esta niña, a la que deciden cuidar entre todos los vecinos, es una niñita muy especial y pronto se convierte en alguien fundamental en la comunidad. Y es que poseía algo muy especial: una alucinante capacidad para escuchar a los demás. Tan grande era su “don” que era capaz de resolver los problemas de la gente sin hacer nada.

Todo parece muy bonito, y parece que en cualquier momento alguien vaya a decir “y vivieron felices y comieron perdices” pero, por suerte o por desgracia, algo empaña la paz de la ciudad. Poco a poco, y sin que nadie se de cuenta, comienzan a aparecer unos misteriosos hombres grises… y ya no os cuento más que si no acabo contándoos toda la historia.

El relato, con su forma de cuento para niños, reduce la historia a la verdadera esencia de la literatura, la simplificación de todo, pero con mensajes “secretos” por todas partes. Hay una peli de dibujos, pero siempre son mejores los libros que las películas... sobre todo cuando son historias tan mágicas como ésta. No es un libro que deje indiferente a nadie y creo, sinceramente, que es uno de esos libros que hay que leer al menos una vez en la vida.

sábado, 6 de marzo de 2010

La hora de los valientes

El otro día, aburrida y sin saber qué hacer, me puse a revisar las películas que tenía en el grabador. Así me decidí a ver esta: “La hora de los valientes”. Una obra maestra del cine español (que no es ni de lejos tan malo como nos empeñamos en pintarlo) dirigida por Antonio Mercero y cuyo reparto cuenta con actores como Gabino Diego, Leonor Watling o Adriana Ozores.

“La hora de los valientes” es la historia de un celador del Prado que, en plena Guerra Civil, se lleva un autorretrato de Goya para ponerlo a salvo el mismo día que cierran el museo. Ese mismo día, además, recoge a una joven que se ha quedado sin casa y familia por un bombardeo; y se la lleva a vivir a la pensión de su tía. Toda el argumento de la película tendrá siempre como punto central el cuadro de Goya, al que deberán proteger a toda costa para poderlo devolver al Prado cuando ya no corra ningún peligro.

La película transcurre en Madrid, zona republicana hasta el fin de la guerra, y nos permite ver y comprender la situación de las familias madrileñas, las penalidades que pasaban para poder comer; así como las barbaridades que se cometían en ambos bandos, el nacionalista y el republicano. La película, ciertamente, es bastante amarga, pero no renuncia a los golpes de humor que nos recuerdan que, incluso en las peores circunstancias puede haber un lugar para una sonrisa. De verdad, de verdad, es una película que merece la pena aunque no sea una superproducción a lo Hollywood, ni tenga naves espaciales.