domingo, 25 de julio de 2010

Parker Pyne

Aaah, vacaciones. Es tiempo de playa, piscina, viajes... y para algunos también tiempo de las lecturas de verano. Precisamente de una de esas posibles lecturas de verano voy a hablar hoy. El nombre de Agatha Christie es mundialmente conocido y no creo que necesite presentación. Sus dos personajes más conocidos son el detective Poirot y la anciana Marple,y sus novelas individuales no tienen desperdicio. Como habréis podido notar soy una fan de sus novelas y no he podido resistirme a escribir sobre mi último descubrimiento.

"¿Eres feliz? Si no, consulta a Mr. Parker Pyne, 17 Richmond Street." Este es el anuncio de periódico que Parker Pyne tiene como presentación. Este personajillo solía trabajar en estadísticas para el gobierno y ahora que se ha retirado se dedica a eso, hacer feliz a la gente.

Recomendaría esta lectura para las vacaciones a cualquiera que me lo preguntara. En primer lugar, son relatos cortos, por lo que no dejas una historia a medias cuando te vas a dormir. En segundo lugar, tienen un lenguaje nada complicado de entender, ni siquiera en inglés para los que lo quieran intentar. Por último, pero no menos importantes, están reunidos en esos relatos toda la gracia y el ingenio a los que los lectores de esta autora estamos acostumbrados.

martes, 27 de abril de 2010

Haruki Murakami

Todos hemos visto en alguna película cómo un experto hipnotizador deja hechizada a alguna víctima. Bien, os dejaré unos segundos para poneros en el lugar del hipnotizado. ¿Qué sentís? Algo así como estar en una nube, ¿no es cierto? Pues esta es la sensación que crea el escritor nipón Haruki Murakami.

Sus obras, con argumentos extraños y distintos cada vez, tienen la extraña facultad de ser tremendamente tranquilas a la vez que narran las historias más apasionantes tanto por la acción como por el increíble componente psicológico que reina en sus obras. Leer alguna de sus novelas es toda una experiencia religiosa, en la que Muramaki nos envuelve en una atmósfera difusa y llena de contradicciones y dilemas. Un componente original en todas sus historias es la presencia constante de diversas canciones de jazz o rock.

Hasta la fecha sólo he leído tres de sus obras. “After Dark” fue la primera que leí. Inmediatamente después de terminarla quedé prendada de su estilo y sus historias, así que busqué alguna más. Después leí “Tokio Blues” (un impresionante drama psicológico con el que se haría famoso) y su obra maestra: “El fin del mundo y un despiadado País de las Maravillas”. Ésta última se desarrolla en dos lugares: El Fin del Mundo, una ciudad extraña regida por unas bestias; y el Despiadado País de las Maravillas, que es un Tokio algo futurista en el que reinan dos fuerzas contrarias: el Sistema y la Factoría. Hay, claro, dos protagonistas, uno para cada mundo: en El Fin del Mundo es un recién llegado a quien le es encomendada la tarea de leer los “viejos sueños” y en Tokio es un informático que es contratado por un científico un tanto especial.

Después de toda esta charla sobre este autor japonés, sólo me queda hacer la recomendación de rigor: “leed algún libro de Haruki Murakami”. Tan malo no será cuando parece que junto a su nombre empiezan a aparecer las palabras “posible Premio Nobel”.

lunes, 22 de marzo de 2010

Momo

Hoy me toca hablar de un libro que rescaté hace poco. Es, al igual que El Principito, una historia para mayores contada como si fuera un cuento infantil. La obra en cuestión es “Momo” y su autor es Michael Ende. Supongo que más que “Momo” os sonará “La historia interminable” que, aparte de una película, es también un libro bastante curioso y entretenido.

“En los viejos, viejos tiempos cuando los hombres hablaban todavía muchas otras lenguas, ya había en los países ciudades grandes y suntuosas”. Cualquiera que vea esto pensará que es una historia que no va con él y seguramente dejará el libro en la estantería de los niños. Sin embargo, puedo aseguraros que merece la pena aguantar un poquito y dejarnos embriagar por ese aroma a niñez porque, una vez lo hayamos hecho, no podremos parar de leerlo.

Bueno, y tras estas advertencias que nunca están de más con libros de esta clase procedo a contaros un poco de qué va la cosa. Un buen día aparece en las ruinas de un anfiteatro una niña huérfana un tanto especial: Momo. Esta niña, a la que deciden cuidar entre todos los vecinos, es una niñita muy especial y pronto se convierte en alguien fundamental en la comunidad. Y es que poseía algo muy especial: una alucinante capacidad para escuchar a los demás. Tan grande era su “don” que era capaz de resolver los problemas de la gente sin hacer nada.

Todo parece muy bonito, y parece que en cualquier momento alguien vaya a decir “y vivieron felices y comieron perdices” pero, por suerte o por desgracia, algo empaña la paz de la ciudad. Poco a poco, y sin que nadie se de cuenta, comienzan a aparecer unos misteriosos hombres grises… y ya no os cuento más que si no acabo contándoos toda la historia.

El relato, con su forma de cuento para niños, reduce la historia a la verdadera esencia de la literatura, la simplificación de todo, pero con mensajes “secretos” por todas partes. Hay una peli de dibujos, pero siempre son mejores los libros que las películas... sobre todo cuando son historias tan mágicas como ésta. No es un libro que deje indiferente a nadie y creo, sinceramente, que es uno de esos libros que hay que leer al menos una vez en la vida.

sábado, 6 de marzo de 2010

La hora de los valientes

El otro día, aburrida y sin saber qué hacer, me puse a revisar las películas que tenía en el grabador. Así me decidí a ver esta: “La hora de los valientes”. Una obra maestra del cine español (que no es ni de lejos tan malo como nos empeñamos en pintarlo) dirigida por Antonio Mercero y cuyo reparto cuenta con actores como Gabino Diego, Leonor Watling o Adriana Ozores.

“La hora de los valientes” es la historia de un celador del Prado que, en plena Guerra Civil, se lleva un autorretrato de Goya para ponerlo a salvo el mismo día que cierran el museo. Ese mismo día, además, recoge a una joven que se ha quedado sin casa y familia por un bombardeo; y se la lleva a vivir a la pensión de su tía. Toda el argumento de la película tendrá siempre como punto central el cuadro de Goya, al que deberán proteger a toda costa para poderlo devolver al Prado cuando ya no corra ningún peligro.

La película transcurre en Madrid, zona republicana hasta el fin de la guerra, y nos permite ver y comprender la situación de las familias madrileñas, las penalidades que pasaban para poder comer; así como las barbaridades que se cometían en ambos bandos, el nacionalista y el republicano. La película, ciertamente, es bastante amarga, pero no renuncia a los golpes de humor que nos recuerdan que, incluso en las peores circunstancias puede haber un lugar para una sonrisa. De verdad, de verdad, es una película que merece la pena aunque no sea una superproducción a lo Hollywood, ni tenga naves espaciales.

sábado, 6 de febrero de 2010

La carretera

Aprovechando que iban a estrenar la película, y siguiendo las recomendaciones de una amiga, decidí leerme “La carretera”. Había escuchado parte del argumento y, seamos sinceros, que nos hablen de un mundo apocalíptico nos encanta. Sin embargo, lo que menos me podía imaginar era cómo se desarrollaba ese argumento.

Bueno, vayamos poco a poco. Ya desde el principio vamos avisados de lo que nos vamos a encontrar en la historia. La portada del libro lleva una carretera (en la edición que yo he leído) y nada más. Los lados están en la más completa oscuridad. Una vez abrimos el libro (que, por si hay algún perezoso por ahí, es bastante finito) nos damos cuenta de que hay algo raro. No hay partes, ni capítulos. Sólo párrafos más o menos extensos, lo que da la impresión de que es un relato muy largo en lugar de una novela.

La historia trata de un padre y su hijo, que deben viajar al sur para no morir en el invierno. Se encuentran en un mundo destruido por alguna catástrofe que el autor nunca llega a mencionar. Tampoco llega a decir el nombre de los personajes, tal vez para despojarlo de todo subjetivismo innecesario y mostrarnos así la realidad en la que viven de la forma más objetiva posible. Todo el libro está escrito de tal forma que también nosotros, al leerlo, notemos esa sensación de tristeza y desamparo que acompaña a los personajes, especialmente al padre, y los fragmentos de sueño, recuerdos y vigilia se alternan en varios párrafos permitiéndonos comprender algo mejor (pero no mucho) el pasado de los dos protagonistas. “La carretera” se salta, en mi opinión, todas las reglas de escritura y novela convencionales para darnos una visión muy distinta de esos mundos apocalípticos que tanto disfrutamos y hacernos sufrir un poquito. Lo único que sigue un poco los esquemas típicos de las historias y que es criticado por varios lectores es el final. Sin embargo, es ese final el que nos dará un poco de descanso cuando hayamos acabado de leer el libro. De otra forma el relato nos dejaría un sabor de boca demasiado amargo.

El autor de “La carretera” es Cormac McCarthy. Parece ser un tipo bastante excéntrico pues no concede entrevistas y se dice que estuvo viviendo como un vagabundo en su juventud y también bajo una torre de perforación petrolífera. Tal vez sea gracias a eso que consigue escribir obras maestras como ésta.

jueves, 21 de enero de 2010

El caso de la sirvienta desaparecida

“Vish Puri, el investigador más privado de la India”. Ésta es la tarjeta de presentación del Sherlock Holmes de la India. Sin embargo, el parecido de Puri con Sherlock se reduce a sus habilidades como investigadores privados (con permiso de Holmes que es, en realidad, “el único detective consultor del mundo”), y sus pequeñas excentricidades. Puri se presenta como un hombre de 51 años con esposa, hija y una madre bastante entrometida, y a quien el médico ha prohibido terminantemente los fritos por problemas cardíacos. Es el jefe de su propia agencia de detectives, cuyo lema es la discreción. Sin embargo, los casos de los que debe encargarse no suelen ser los asesinatos en serie ni las desapariciones misteriosas que suelen protagonizar las novelas policíacas (y no os creáis que este libro es una excepción, el título lo dice todo), sino más bien debe encargarse de investigaciones matrimoniales.Además, ha decidido poner motes (que, a propósito, no tienen desperdicio) a casi todas las personas que conoce, pues le es más fácil recordar así quién es quién.

Como podemos ver, nada tiene que ver este hindú con el flemático detective de Baker Street. Es más, Vish Puri odia fervientemente a Sherlock Holmes por seguir los métodos de su adorado Chanakya y no reconocerlo. Este libro mezcla la tradicional estructura de una novela de detectives, con un toque de humor. ¡Y no debemos olvidarnos de la ambientación! La acción transcurre en la India contemporánea, donde podemos observar cómo conviven las tradiciones más arraigadas con la tecnología moderna, además de aprender algo de vocabulario que, si bien es cierto que no vamos a usar en el día a día, también lo es que resulta muy curioso.

El creador de esta maravilla de la novela policíaca es Tarquin Hall. Éste es un periodista británico que ha trabajado en Asia, África, Oriente Medio y Estados Unidos; y que actualmente alterna su lugar de residencia entre Delhi y Londres. Tarquin Hall ha escrito varios libros más (“Mercenaries”, “Missionaries and Misfts: Adventures of an Under- age Journalist” entre otros) pero, por desgracia, no puedo opinar ya que no había leído nada de este autor hasta ahora. Este libro, ligero y dinámico como pocos, es un gran entretenimiento tanto para los lectores de novela detectivesca más puristas como para aquéllos que sólo busquen un libro diferente.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Persépolis

Sospecho que si hablo de Marjane Satrapi pocas personas (o ninguna) sabrán si estoy hablando de una escritora, una actriz o, simplemente, me he inventado el nombre. Si hablo de Persépolis, tal vez alguien diga “¿pero eso no es una película?”, aunque sigo sin estar segura de que alguien lo recuerde.

Bien, empecemos por el principio. Marjane Satrapi es una autora de cómic iraní, nacida en 1969 y que vivió el cambio de régimen que experimentó Irán en la década de los 70. A través de su obra “Persépolis” de la que, en efecto, hay una adaptación cinematográfica, relata su vida desde su infancia hasta su edad adulta. Gracias a ello, podemos saber y comprender un poco mejor lo que pasaba en el país, y cómo se sentía la gente. También, a través de sus experiencias en Alemania (donde estuvo estudiando un tiempo), podemos apreciar la visión poco realista e injusta que se ha esparcido en Occidente acerca de los países de Oriente próximo.

El estilo de dibujo es distinto a cuanto estamos acostumbrados quienes leemos cómics por su sencillez y claridad. Hay un mensaje, una moraleja en cada uno de las cosas que ocurren; decididamente, es una obra más moral que de entretenimiento, pero tan amena y entretenida que no nos dejará apartarnos de ella ni un momento. Como todas las obras, tiene momentos trágicos, pero también divertidos (vamos, como la vida misma). No creo que defraude a nadie, lector habitual o no de cómics, y puede enseñarnos a todos una valiosa lección sobre prejuicios y valores.